El país trasandino alcanzó un cambio histórico
Lo que en algunos países es una expresión de deseo, Chile lo hizo realidad porque luego de una sesión de cinco horas, la comisión de Trabajo de la Cámara de Diputados aprobó el artículo que reduce la jornada laboral en Chile de 45 a 40 horas semanales. Así, la oposición se impuso pese al duro enfrentamiento del oficialismo que intentó disuadir la iniciativa de la diputada comunista, Camila Vallejo.
El proyecto de la exdirigente estudiantil tomó vuelo gracias al amplio apoyo ciudadano algo que quedó demostrado en todas las encuestas y que finalmente le generó un duro golpe al proyecto laboral del gobierno de Sebastián Piñera. Incluso, se utilizaron argumentos como la necesidad ahora de salir a contratar más personal o tener que modificar la jornada escolar tras estos cambios históricos.
Incluso, el ministro del Trabajo, Monckeberg, criticó el proyecto al asegurar que estaba mal fundamentado ya que esto podría afectar “hasta a los deportistas, que tienen jornada especial”: “Esto es tan absurdo y está tan mal redactado que no se hace cargo de ninguna jornada especial, sino que solo dice que todas deben adecuarse, y Chile podría verse impedido de jugar una Copa América porque va a exceder la máxima jornada que se está planteando. Porque se hace mal y no se especifica cómo se adecua”.
Pero la discusión no es sólo chilena, que logró llevarlo a la vida real pese a la resistencia del Gobierno. En el mundo, otras sociedades también discuten la necesidad de cambiar las largas horas que acumulan de trabajo afectando la misma productividad de los asalariados. Carlos Slim, presidente de Telmex, es uno de ellos. Para el hombre más rico del mundo, hay que rever el sistema.
En su opinión, el magnate explica: “Insisto que hay que hacer programas de que la gente trabaje tres días con 11 horas a la semana para abrir un segundo turno, unos trabajen de jueves a sábado y otros de domingo a martes, que tengan 4 días de descanso, pero que ya no se jubilen a los 65 años sino a los 75”. Su idea, polémica, es reducir no las horas por día, sino los días de la semana.
En el país trasandino, cuatro de cada cinco chilenos respaldó el proyecto de ley de reducir la jornada laboral de 45 a 40 horas. Según los estudios divulgados durante la discusión, incluso dentro de los partidarios de la derecha oficialista, un 65% se pronunció a favor del proyecto de ley que casi no tuvo atenuantes salvo en el oficialismo.
Según la agencia ANSA, “el 74% de los encuestados consideró que la iniciativa tendrá efectos positivos en la productividad de los trabajadores y un 61% un impacto favorable en el crecimiento de la economía, aunque un 47% opinó que afectaría negativamente los sueldos. Entre los estudiantes, el apoyo el apoyo es casi total con un 84%”.